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domingo, 29 de enero de 2012

RECUERDOS DEL HOLOCAUSTO - ( y las gracias a un artista argentino)

ONU/Holocausto. Un argentino volvió a ser protagonista de la campaña de la ONU de conmemoración de la Shoá


25.01.2012 17:36 | http://itongadol.com/noticias/val/60989/onu-holocausto-un-argentino-volvio-a-ser-protagonista-en-la-campana-de-la-onu-de-conmemoracion-del-shoa.html

















Matías Delfino, el diseñador gráfico argentino que trascendió a nivel mundial cuando una de sus obras fue elegida para representar la campaña de la ONU de conmemoración del Holocausto, ahora participó en el diseño de una publicación escolar que fue elaborada por el organismo internacional con motivo de cumplirse 67 años de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias, Delfino contó, desde Nueva York, que “se trata de una guía de estudios, una publicación de 36 páginas, para chicos en edad escolar”.
La iniciativa fue impulsada por El Holocausto y el Programa de Divulgación de las Naciones Unidas, en colaboración con Yad Vashem, la Autoridad para el Recuerdo de los Héroes y Mártires del Holocausto y el Programa de Películas Documentales de la Universidad de Wake Forest , que prepararon esta guía para estudiantes de secundaria, que acompaña el filme El último vuelo de Petr Ginz, que relata la vida de un joven judío de Praga apasionado por la escritura y el dibujo.
“Petr Ginz, es un chico de 14 años oriundo de Praga, que pese a haber estado prisionero en un ghetto, eso no le impidió fundar una revista, escribir y hasta dibujar con una habilidad sorprendente por su edad y situación”, agregó Delfino para ilustrar sobre este nuevo personaje.
La película El último vuelo de Petr Ginz que acompaña el material educativo se proyectara mañana en la ONU como parte de los eventos conmemorativos organizados para esta semana.
“La verdad es que la historia me conmovió, por lo que me comprometí de lleno con el proyecto durante la etapa de diseño”, afirmó Delfino.
La historia cuenta que Petr empezó a escribir un diario en 1941. Entonces tenía 13 años y Praga se encontraba bajo la ocupación Nazi. Mediante ilustraciones expresivas y la narración factual y sucinta de su vida cotidiana en la escuela y la casa, y través de sus paseos, lecturas y amigos, Petr nos lleva a un mundo de maravillas, inspiración, creatividad e imaginación, se informó en el resumen del filme.
A los 14 años, el chico fue separado de su familia y conducido al campo de tránsito de Terezin, donde continuó escribiendo y creando durante dos años, hasta que los nazis lo enviaron a la muerte en Auschwitz con apenas 16 años.
Delfino comenzó a trabajar en el Departamento de Diseño Gráfico de la ONU hace más de una década, pero su interés por la temática de la Shoá comenzó desde joven.
“Durante la secundaria me asignaron hacer un trabajo de investigación sobre Ana Frank para lo cual me dirigí a la biblioteca de la AMIA, fue un par de años antes del atentado (1994). Recuerdo como si fuera ayer lo mucho que me impactó la colección de imágenes que vi y desde entonces me costó comprender como la comunidad internacional miró para otro lado”, resumió su primer contacto con la parte más triste de la historia mundial.
Justamente, en una entrevista concedida a esta agencia, Delfino dijo que el atentado a la AMIA, el ataque terrorista más trágico que sufrió la Argentina, que se produjo en 1994 con un total de 85 muertos, “fue como sentir la sombra del Holocausto en mi propio país y en directo”.
A la hora de recordar cómo surgió la propuesta de elaborar un poster de recordación de las víctimas de Holocausto, Delfino relató que en ese momento se les encargó a todos los diseñadores del Departamento de Diseño que presentaran ideas para luego seleccionar una.
“Fue una especie de concurso creativo interno. La imagen viene siendo aplicada desde entonces en varios productos, entre ellos posters y sellos postales que se emitieron en forma conjunta entre la oficina postal de Naciones Unidas y el Correo de Israel”, indicó.
La campaña realizada para condenar toda manifestación de intolerancia o violencia contra personas o comunidades basadas en su origen étnico o creencia religiosa fue simbolizada con el dibujo de un alambre de púa que se transforma en una flor.
¿Cómo repercutió este proyecto en tu vida? “Sin duda creo que esta campaña fue una de las que mayor satisfacción profesional me trajo. Una de mis frases preferidas dice: ‘El valor de tus ideas está en el impacto que causan en el mundo’. Y en el caso del poster y las estampillas conmemorativas del Holocausto sentí que lograron conmover y generar reflexión en la audiencia de una manera que nunca imaginé. Ojalá ayuden a generar conciencia para que un atentado contra la humanidad como lo fue el Holocausto jamás se repita”.
Nacido en Buenos Aires, criado en el barrio de Caballito, muy cerca del Parque Rivadavia, Delfino volvió a ser protagonista de una nueva campaña de concientización de la ONU sobre lo que fue el Holocausto.

REPORTAJE | Witold Pilecki, el prisionero voluntario

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/27/internacional/1327624946.html

945 días en Auschwitz

Dos imágenes del espía polaco: como soldado y como prisionero.

Dos imágenes del espía polaco: como soldado y como prisionero.

  • Witold Pilecki es el único prisionero que entró voluntariamente en Auschwitz

Se equivoca quien crea que, 67 años después de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, se ha agotado la mina de héroes que se hacinaban en sus barracones, de increíbles supervivientes y de historias dignas de ser llevadas al cine o a la novela, como modelo de dignidad. Pocos conocen, por ejemplo, la historia de Witold Pilecki, el único prisionero que ingresó en el campo por voluntad propia.

Pilecki nació en Rusia, en 1901, pero su corazón era polaco como sus padres, dos ancianos agricultores que le educaron con una Biblia en la mano. Al pequeño Witold se le quedaron grabados en lo más profundo los episodios de Juan el Bautista y a este Santo acudiría en oración en los más duros momentos de Auschwitz, aunque mucho antes de eso, a los 17 años, cuando se vio obligado a combatir en la recta final de la I Guerra Mundial, más que un hombre religioso era un aventurero patriota que deseaba la resurrección de la Polonia a la que tres potencias, Prusia, Rusia y Austria, habían anulado como nación durante más de un siglo. En 1920 luchó por primera vez contra un régimen totalitario, el comunista, en la Batalla del Vístula, y después continuó con su modesto proyecto personal. Se casó y tuvo dos hijos a los que alimentaba con su humilde trabajo en el campo hasta que Hitler invadió Polonia.

Tras la ocupación nazi se afilió al autodenominado Ejército Secreto Polaco, brazo armado del gobierno exiliado en Londres y que llegó a contar con 8.000 hombres, entre los que se contaban oficiales del Ejército polaco supervivientes de las fosas de Katyn, en las que fueron asesinados 21.000 religiosos, intelectuales y oficiales prisioneros. Fue entonces cuando Witold presentó a sus mandos un plan para dejarse prender por la Gestapo y poder ingresar en el campo de exterminio de Auschwitz. Pretendía, de esta forma, organizar la resistencia desde dentro y obtener información fidedigna de lo que estaba ocurriendo allí.

Le fue proporcionado un documento de identidad falso con el nombre de Tomasz Serafiński y el 19 de septiembre de 1940 salió deliberadamente durante una redada nazi en Varsovia y fue detenido junto con otros 2.000 civiles. En primer lugar, la Gestapo hizo con él lo que sabía hacer y latortura duró dos días con sus dos noches. Después fue tatuado en su antebrazo con el número 4859 y enviado al campo de concentración.

Según el historiador del Museo de Auschwitz, Adam Cyra, Pilecki no tardó mucho en organizar la Unión clandestina de Organizaciones Militares (Związek Organizacji Wojskowych, ZOW). Las tareas de ZOW eran mejorar la moral interna, distribuir alimento y ropa adicionales, instalar redes de la inteligencia, y entrenar a grupos para asumir el control del campo en caso de que la resistencia polaca iniciara un ataque para tomar el poder.

Antes de 1941, había reclutado para ZOW al escultor polaco Xawery Dunikowski y al campeón de esquí checo Bronislaw. Pilecki se hizo con informantes en las oficinas administrativas de las SS, en los compartimentos del almacenaje y en el crematorio, de modo que comenzó a transferir información sobre la vida en el campo. Lo tenía todo previsto menos una cosa: que sus superiores jamás llegaron a creer lo que narraba en sus informes.

"Todos suspiran aquí por morir a manos del carnicero Palitsch, un joven guapo que desnuda a los prisioneros, los coloca ante una pared negra y les dispara en la nuca. Es mucho mejor que pasar hambre esperando a entrar en las cámaras", decía uno de sus partes.

En lugar de organizar desde fuera un asalto al campo de concentración, como él esperaba, sus superiores le tomaron por loco y le ordenaron salir de Auschwitz. Aprovechó un turno de noche en la panadería del campo, fuera de la cerca. Él y dos prisioneros más inmovilizaron al guardia, cortaron la línea telefónica y se escaparon, la noche del 26 de abril de 1943. Bajo la ropa llevaba documentos que probaban las atrocidades de Auschwitz.

"No nos contó lo que había visto, sin duda porque éramos muy pequeños. Al contrario, intentaba distraernos a mí y a mis amigos", dice hoy su hijo, Andrzej Pilecki, recordando aquel rencuentro familiar que duraría poco tiempo, porque Palick dejó de nuevo su casa para luchar en el levantamiento de Varsovia y acabar detenido por el enemigo que sucedió a los nazis, los comunistas. Sus hijos no supieron qué había sido de él hasta la caída del imperio soviético, en 1990. "Durante todos esos años estuvimos esperando que hubiera sobrevivido en alguna cárcel perdida en Siberia, y ahora que tenemos constancia documental de su muerte, lloramos por no tener siquiera una tumba a la que llevar flores", dice Zofia Pilecka-Optulowicz.

Pilecki llegó a organizar una red clandestina de información contra los rusos, pero fue capturado en 1947 por el NVKD, torturado en la prisión de Mokotv y sometido a un juicio en el que testificó contra él, ironías del destino, uno de sus ex compañeros de armas con quien había luchado contra Hitler. Józef Cyramkiewicz, superviviente de Auschwitz, le acusó de asesinato y se convirtió a cambio en ministro de la nueva Polonia comunista.

Pilecki, como consecuencia, fue ejecutado y arrojaron sus restos a un vertedero para que su cuerpo fuera incinerado junto a la basura y desapareciera. Pero todavía hoy se ven montones de piedras en lo que entonces fue el vertedero de Mokotv, las que dejan supervivientes judíos de Auschwitz que recuerdan su humanidad y su sacrificio durante aquellos 945 días en el infierno.

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http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/26/internacional/1327597355.html

ANIVERSARIO | Día de las Víctimas del Holocausto

Los 'Schindler' españoles

Visados expedidos por diplomáticos españoles a judíos. | Casa Sefarad-Israel

Visados expedidos por diplomáticos españoles a judíos. | Casa Sefarad-Israel

El verano de 1944 Budapest había dejado de ser una ciudad tranquila y glamourosa y el destino ideal para un joven diplomático como Ángel Sanz Briz, que actuaba como encargado de Negocios en la legación española en la capital húngara.

En sus calles los esbirros nazis hacían notar su presencia y los judíos vivían en un estado de terror continuo. A sus 34 años, este zaragozano sentía que no podía permanecer impasible mientras a su alrededor miles de personas eran despojadas de todos sus derechos y bienes materiales.

Pero no sabía muy bien qué hacer. Sus informes enviados al Ministerio de Asuntos Exteriores español explicando la desesperada situación de los judíos en Hungría no obtenían respuesta y la situación, lejos de mejorar, se agravaba con el paso de los días.

Ángel Sanz Briz. | E.M.

Ángel Sanz Briz. | E.M.

"El Gobierno español se limitaba a no decir nada, a mirar para otro lado. Él pedía instrucciones y nadie respondía, probablemente sus informes eran guardados convenientemente en un cajón por el funcionario de turno", explica en declaraciones a EL MUNDO esta semana el embajador José García Bañón, casado con Pilar, una de las hijas de Sanz Briz.

Los judíos sefardíes

"La posición del Gobierno franquista en aquellos momentos era muy difícil. El régimen estaba muy ligado a Alemania por la ayuda que había recibido durante la guerra, y debía pensar que salir con un registro diferente en un tema tan sensible para los nazis como era el de la cuestión judía podía ser visto como una especie de traición", añade el diplomático.

Por eso, y viendo que no iba a poder contar con ningún tipo de ayuda, Ángel Sanz Briz empezó a actuar por su cuenta. En un principio, se acogió al Real Decreto de Primo de Rivera de 1924, que contemplaba la posibilidad de conceder la nacionalidad española a los judíos sefardíes, descendientes de los judíos expulsados de España en 1492 durante el reinado de los Reyes Católicos.

Después, como en Budapest no eran muchos los sefardíes y la situación era cada vez más alarmante, decidió conceder salvoconductos, cartas de protección y pasaportes a todos los judíos que buscaran su ayuda, y para evitar tener excesivos con problemas con los nazis intentó ganarse la benevolencia de la máxima autoridad alemana en Hungría.

"Hizo toda suerte de malabarismos para salvar al mayor número posible de personas. Incluso llegó a alquilar una serie de casas que pagaba con dinero de su propio bolsillo para que los judíos estuvieran a salvo mientras arreglaba su salida de Hungría", explica García Bañón. Se trataba de ocho casas bajo protección española en las que se podía leer 'Anejo a la legación de España. Edificio extraterritorial'.

Sanz Briz alquiló ocho casas y las puso bajo protección española

Cuando los rusos se encontraban a las puertas de Budapest, en diciembre de 1944, Sanz Briz se vio obligado a dejar la capital húngara rumbo a Suiza, siguiendo las órdenes del Ministerio de Asuntos Exteriores y, tras un tiempo en Madrid, partió rumbo a San Francisco.

"Nosotros, su familia, no supimos nada de esta historia hasta mucho tiempo después. Él nunca dijo nada ni dejó ningún testimonio escrito. Siempre nos pareció raro que acudieran a la embajada judíos que se reunían con él en su despacho y se mostraban agradecidos, pero nada más", comenta su yerno y en su día colaborador del diplomático.

Pero como en otros muchos casos, los reconocimientos se hicieron esperar. En 1991, el Museo del Holocausto Yad Vashem de Jerusalén lo distinguió con el título de Justo entre las Naciones e inscribió su nombre en el memorial del Holocausto. Tres años más tarde, en 1994, el Gobierno húngaro le concedió a título póstumo la Cruz de la Orden del Mérito de la República Húngara.

Visados para la libertad

Sin embargo, el conocido como 'el Ángel de Budapest' -que salvó a más de 5.000 judíos de las garras nacionalsocialistas- no fue el único diplomático español que pensó que no se podía mirar hacia otro lado cuando estaba en juego la vida de miles de personas. Desde París, Budapest, Berlín, Bucarest, Salónica y Sofía, otros diplomáticos ofrecieron su ayuda a miles de judíos aprovechando las oportunidades que les ofrecían sus cargos y las buenas relaciones que mantenía España con Alemania. Son los 'Shindler' españoles y al igual que el famoso empresario alemán Oskar Schindler impidieron que más judíos murieran en el Holocausto.

Aunque lo hicieron a título personal. El régimen franquista se limitó simplemente a hacer la vista gorda, preocupado ante las repercusiones que pudiera tener en la buena relación que mantenía con Hitler una posición más beligerante en la cuestión judía. "El Gobierno español no hizo nada, nunca hubo unas instrucciones de Madrid para que se salvara a los judíos. Hubo diplomáticos españoles que miraron a otro lado. Pero ahí está siempre el debate: ¿la heroicidad es moralmente exigible?", afirma Miguel de Luca, diplomático y Secretario General deCasa Sefarad-Israel

'El régimen franquista no hizo nada, se limitó a mirar a otro lado'

Para algunos la respuesta a esa pregunta era sencilla: no podían permanecer indiferentes ante el terror. Así, no dudaron en aprovechar sus contactos con las autoridades alemanas y locales, en expedir documentos de protección, pasaportes y salvoconductos para evitar que miles de judíos fueran enviados a los campos de concentración y exterminio nazis. "En total por la actuación directa o indirecta de España durante la II Guerra Mundial se salvó la vida de 35.000 judíos", confirma De Luca.

Héroes silenciosos

Pero el paso del tiempo silenció su gesta. Ni siquiera tener una nieta famosa, como la actriz Helena Bonham Carter, le sirvió a Eduardo Propper de Callejón para abandonar el olvido. Primer secretario en la embajada española en París, puso en peligro su vida para proteger a miles de personas. Firmó documentos que sirvieron como salvoconductos hacia la libertad y puso a resguardo obras de artes y bienes pertenecientes a judíos a los que nazis pretendían expoliar. Pero su compromiso tuvo desagradables consecuencias en su vida profesional. Fue sustituido por Ramón Serrano Suñer y murió en 1972 sin recuperar su cargo y sin obtener el reconocimiento que merecía su gesto desinteresado.

Una defensa también encendida de los judíos sefardíes y de sus bienes fue la que llevó a cabo el diplomático español Julio Palencia en Bucarest. Tras conocer que el artífice de la solución final Adolf Eichmann había incluido a los judíos búlgaros en el programa de exterminio alemán, Palencia removió cielo y tierra para evitar que se cumpliera su funesto destino. Su insistencia le valió el apodo del 'amigo de los judíos', como le llamaban despectivamente los alemanes. Pero lejos de amedrentarse ante la animadversión que le profesaban los nazis, Palencia no dudó en oponerse a la ejecución del judío búlgaro, León Arié. No lo logró pero sí consiguió que las autoridades búlgaras le permitieran a adoptar a los dos hijos de Arié y su madre pudiera vivir en la residencia oficial con un pasaporte diplomático español.

Valentía, coraje y determinación

Desde Atenas, el cónsul Sebastián Romero Radigales salvó a más de 800 judíos sefardíes invocando el Real Decreto de 1924 de Primo de Rivera. Pese a que, en un primer momento, sirvió para evitar su traslado a los campos de la muerte; ante la falta de respuesta de Madrid para hacerse cargo de sus nacionales, los nazis terminaron encerrando a este grupo de sefardíes en Bergen Belsen, un campo destinado a los prisioneros de países neutrales.

Salvaron obras de arte y bienes de los judíos del expolio nazi

"Sin embargo, Romero Radigales no cejó en su empeño por salvarlos y siguió enviando informes jurídicos insistiendo en que se trataba de un error", explica De Luca. Su insistencia dio finalmente frutos y tras seis meses de cautiverio los liberaron y los llevaron en un tren a España. "Uno de los supervivientes me contó algo realmente sorprendente, me explicó que un oficial de las SS fue uno a uno dándoles la mano y pidiéndoles disculpas en nombre del Tercer Reich. Pero se salvaron sólo gracias al empeño de Romero Radigales", añade el diplomático.

Una determinación como la que demostró el agregado agrícola de la embajada de Berlín José Ruiz Santaella y su mujer, Carmen Schrader. En su casa de las afueras de Berlín ocultaron como personal doméstico a tres judíos, que consiguieron así salvar su vida. "No importa tanto el número, porque como dice una frase del Talmud quien salva una vida, salva a toda la humanidad", afirma convencido De Luca.

Hoy, día 27 de enero, se recuerda en todo el mundo a las víctimas del Holocausto, pero también a aquellos que no permanecieron impasibles frente a la barbarie nazi.

La valentía y la solidaridad mostrada por estos diplomáticos españoles puede verse en la exposición Visados para la libertad, una muestra organizada por la Casa Sefarad-Israel, que actualmente se expone en el Centro Cultural Buero Vallejo de Alcorcón (Madrid) hasta el próximo 29 de abril.


1 comentario:

David dijo...

Sanz-Briz, paisano mío, produce un cierto orgullo el que de vez en cuando uno pueda sentirse satisfecho de haber nacido y haberse criado en la misma ciudad que alguien que solo puede ser calificado como héroe.