Israel y las organizaciones terroristas en Gaza parecen haber entrado en una nueva espiral de violencia. 16 palestinos murieron en ataques aéreos israelíes, según fuentes de Hamás y ocho heridos israelíes se registraron tras el disparo de unos 50 misiles y cohetes contra el sur de Israel.
Entre las víctima palestinas se encuentra Zuheir Ahmed al-Queisi («Abu Ibrahim»), líder del grupo terrorista Comité de Resistencia Popular (CRP). En el ataque realizado por un helicóptero contra el coche en el que viajaba al-Queisi también murieron Mahmud Ahmed al-Hanini, otro miembro del CRP, que al parecer había sido liberado en el llamado «Canje Shalit» el pasado mes de octubre, y varios miembros de las Brigadas de Al Quds, brazo armado de Yihad Islámica. Al Queisi fue uno de los responsables del ataque contra una base israelí y captura del soldado Shalit en el 2006.
Tanto este grupo como la Yihad Islámica dieron por terminada la tregua oficiosa disparando decenas de misiles Grad y cohetes Qassam contra ciudades del sur de Israel - Ashdod, Ashkelón, Yavne, Netivot y Beer Sheva, entre otras, que provocaron heridas a ocho israelíes, uno de ellos en estado grave.
La Fuerza Aérea israelí atacó a un comando de la Yihad Islámica que se disponía a lanzar cohetes Qassam provocando la muerte de tres terroristas.
Asimismo, Leibovich escribió en su cuenta de Twitter que ese grupo palestino es el responsable de la muerte de ocho israelíes en el ataque armado lanzado en agosto desde la frontera egipcia. Precisamente, horas después de dicho atentado, la Fuerza Aérea israelí mató a varios cabecillas del CRP lo que provocó la elección de Al Queisi como nuevo líder.
Hamás, que gobierna en Gaza, condenó el ataque israelí añadiendo que la «respuesta debe ser con hechos y no con palabras». El diputado de Hamás, Mushir Al Masri, pidió al resto de las facciones que se reúnan y mantengan consultas para «evaluar la respuesta a esta agresión».
Domingo, 11 Marzo 2012 06:23 Escrito por Mariana Sued
«CÚPULA DE HIERRO»
Al menos cuatro personas - tres de ellas, obreros agrícolas tailandeses, según la prensa - resultaron heridas por esos disparos en el Consejo Regional Eshkol, informaron los servicios israelíes de seguridad.
En represalia ante esos disparos, la aviación israelí lanzó ataques contra los objetivos terroristas.
«El Ejército continuará atacando a los que ataquen a la población civil israelí», advirtieron el primer ministro Binyamín Netanyahu y su ministro de Defensa Ehud Barak.
Las autoridades pidieron a la población local que permaneciera cerca de los refugios. Los partidos de fútbol del fin de se semana fueron cancelados en todo el sur el país y hoy no habrán clases en todas las ciudades israelíes que se encuentran en un radio de 7 a 40 kilómetros de Gaza.
La muerte del jefe de un grupo radical palestino en un ataque aéreo israelí desató una nueva ola de violencia que dejó 16 palestinos muertos y más de 100 cohetes lanzados contra Israel.
Hamás y Egipto mantienen contactos para intentar reinstaurar una tregua tácita con Israel y poner fin a la violencia.
«Deseamos realmente poner fin a la violencia en la Franja de Gaza y los contactos que sellamos con Egipto van en esa dirección» declaró el portavoz de Hamás en Gaza, Taher el Nunu.
Un palestino murió durante un nuevo operativo israelí la noche del sábado al domingo y otros tres perdieron la vida el sábado en ataques aéreos de Israel al sur de la Franja de Gaza, de acuerdo con fuentes médicas locales.
Diez miembros de las Brigadas Al Quds, el brazo armado del movimiento Yihad Islámica, murieron en los ataques aéreos. Uno de esos ataques se produjo en pleno centro de la ciudad de Gaza.
El ejército israelí afirmó en una nota que los CRP eran «responsables de la preparación de un ataque terrorista que ocurriría en los próximos días». Ese equipo «poseía infraestructura terrorista utilizada para lanzar ataques desde la península de Sinaí y la frontera entre Israel y Egipto», añadió la nota.
«A diferencia del ataque contra el reactor nuclear iraquí de Osirak en 1981, con aviones de combate F-15 y F-16, esta vez Israel no cuenta con un arma muy valiosa y fundamental: el factor sorpresa». Esta es la primera consideración que nos subraya una fuente militar a la hora de plantear escenarios sobre un hipotético ataque de Israel —con o sin ayuda de Estados Unidos— contra las instalaciones nucleares del régimen iraní en Natanz y Qom+ (plantas enriquecedoras de uranio), Arak (reactor) e Isfahán (planta nuclear).
La segunda consideración a tener en cuenta la aporta la experta del Instituto israelí para Estudios de la Seguridad Nacional (INSS,en sus siglas inglesas), Benedetta Berti: «Un ataque solo retrasaría el programa nuclear iraní. Lo que Israel y la comunidad internacional tienen que hacer es cambiar la voluntad del régimen iraní. Para ello la opción militar es más útil como amenaza que como opción real; la otra parte la tienen que aportar las sanciones».
Tercera consideración: Israel podría llevar a cabo la misión en solitario, pero sería mucho más compleja y menos efectiva dado el blindaje y localización (bajo tierra o dentro de una montaña) de algunas de las instalaciones iraníes. ¿Cómo ayudaría Estados Unidos a Israel?
Con estas tres premisas, he aquí cuatro escenarios a tener en cuenta sobre un hipotético ataque israelí a Irán, con uno que prevalece sobre el resto: un ataque aéreo con un centenar de aviones implicados en un escenario situado a más de 1.600 kilómetros de Tel Aviv.
Ataque aéreo
Al menos 125 aviones y bombas sofisticadas
Fuentes militares estadounidenses subrayaban recientemente a «The New York Times» que la opción de un ataque aéreo sobre Irán supondría la participación de al menos 125 aviones capaces de volar a través de territorio enemigo, repostar en vuelo, neutralizar los cazas iraníes (rusos Mig29s, Su24s, Su25s y los estadounidenses F-4 comprados por el Shah en 1976), desactivar las defensas tierra-aire que Irán tiene emplazadas junto a las instalaciones nucleares y luego, claro, acertar con el objetivo.
Tarea inmensa habida cuenta de que Israel cuenta con una fuerza aérea compuesta principalmente por pequeños F-15E, F-16I y F-16Cs pensados más para defender su espacio aéreo o lanzar ataques contra países vecinos. Así, las fuerzas israelíes necesitarían un refuerzo en aviones de abastecimiento en vuelo (al menos cinco aviones de repostaje), así como bombas capaces de alcanzar los búnkeres donde se encuentran las instalaciones iraníes. Sobre esto último, EE.UU. cuenta con las GBU57 de 13 toneladas —conocidas como «Massive Ordnance Penetrator»—, especialmente diseñada para hacer frente a una hipotética amenaza de Irán o Corea del Norte. La aportación estadounidense de los bombarderos sigilosos B2 también habría que tenerla en cuenta en un hipotético escenario de ataque a Irán.
Se barajan tres rutas: al norte sobre territorio turco y evitando Siria; al sur sobre Jordania y Arabia Saudí, lo que desataría la «gran guerra» soterrada entre Ryad (suní) y Teherán (chií); y la central, que es la más válida por ser la más corta y segura, sobre Jordania —que tendría que dar su beneplácito a Israel— e Irak, país que no cuenta con defensas antiaéreas.
<
¿Desde otro país?Negociaciones o desde una base de EE.UU.
Otra de las opciones para disminuir la complejidad del ataque aéreo sería lanzarlo desde otro país. Algo que conllevaría un trabajo previo cuasi perfecto a efectos logísticos. Aquí el papel de EE.UU. vendría dado al ceder sus bases de Al Udeid (Qatar) o Diego García (océano Índico).
También se ha venido especulando sobre algún tipo de acuerdo con un tercer país como Georgia o Armenia desde donde lanzar los ataques, algo que desde el «think tank» INSS lo ven improbable: «¿Qué país se arriesgaría?».
Después del ataque
Misiles balísticos y guerra naval en Ormuz
Según los expertos, el gran handicap del ataque aéreo —«dada su magnitud y que no contaría con el factor sorpresa»— es la reacción en cadena que provocaría. Irán podría utilizar sus misiles balísticos de medio alcance «Shahab 3» que podrían alcanzar un radio de entre 1.300 y 2.000 kilómetros y por tanto llegar a Israel, que respondería con sus «Jericho 3».
«El peor de los escenarios», aseguran la fuente militar que deja abierta la posibilidad de que Israel pudiera utilizar una versión nueva de sus misiles para atacar una instalación vital del programa nuclear iraní. La presencia de buques de guerra iraníes en el Estrecho de Ormuz y la probable de submarinos israelíes es otro factor a tener en cuenta en los momentos posteriores al ataque.
La «guerra secreta»
Ciberataques, asesinatos de científicos...
De no efectuarse el ataque aéreo contra el programa nuclear iraní, podríamos asistir a un recrudecimiento de la «guerra secreta» entre Israel e Irán. Más ataques selectivos, secuestros y asesinatos de científicos o espías, atentados a legaciones israelíes en el exterior, ciberataques contra las instalaciones nucleares... Visto lo cual, el premio Nobel de la Paz y presidente de EE.UU. Barack Obama tiene un gran dilema sobre la mesa ante un hipotético ataque al programa nuclear iraní. Ha asegurado que hay margen aún para la negociación. Por su parte, Israel está impaciente.
«La oportunidad se perdió en 2002 ó 2003», cuenta otro experto en el programa nuclear iraní. «Ahora el programa está muy desarrollado».
Otra de las opciones para disminuir la complejidad del ataque aéreo sería lanzarlo desde otro país. Algo que conllevaría un trabajo previo cuasi perfecto a efectos logísticos. Aquí el papel de EE.UU. vendría dado al ceder sus bases de Al Udeid (Qatar) o Diego García (océano Índico).
También se ha venido especulando sobre algún tipo de acuerdo con un tercer país como Georgia o Armenia desde donde lanzar los ataques, algo que desde el «think tank» INSS lo ven improbable: «¿Qué país se arriesgaría?».
Después del ataque
Misiles balísticos y guerra naval en Ormuz
Según los expertos, el gran handicap del ataque aéreo —«dada su magnitud y que no contaría con el factor sorpresa»— es la reacción en cadena que provocaría. Irán podría utilizar sus misiles balísticos de medio alcance «Shahab 3» que podrían alcanzar un radio de entre 1.300 y 2.000 kilómetros y por tanto llegar a Israel, que respondería con sus «Jericho 3».
«El peor de los escenarios», aseguran la fuente militar que deja abierta la posibilidad de que Israel pudiera utilizar una versión nueva de sus misiles para atacar una instalación vital del programa nuclear iraní. La presencia de buques de guerra iraníes en el Estrecho de Ormuz y la probable de submarinos israelíes es otro factor a tener en cuenta en los momentos posteriores al ataque.
La «guerra secreta»
Ciberataques, asesinatos de científicos...
De no efectuarse el ataque aéreo contra el programa nuclear iraní, podríamos asistir a un recrudecimiento de la «guerra secreta» entre Israel e Irán. Más ataques selectivos, secuestros y asesinatos de científicos o espías, atentados a legaciones israelíes en el exterior, ciberataques contra las instalaciones nucleares... Visto lo cual, el premio Nobel de la Paz y presidente de EE.UU. Barack Obama tiene un gran dilema sobre la mesa ante un hipotético ataque al programa nuclear iraní. Ha asegurado que hay margen aún para la negociación. Por su parte, Israel está impaciente.
«La oportunidad se perdió en 2002 ó 2003», cuenta otro experto en el programa nuclear iraní. «Ahora el programa está muy desarrollado».
No hay comentarios:
Publicar un comentario