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"The fastest pen in the Middle East", nacio en Argentina y se radico hace una punta de años en Israel en donde vive con sus hijas Eden e Iris, su canario, su perra Taco y su vieja macintosh (que lo ayuda a hacer de sus garabatos algo publicable). En su tiempo libre escribe largas cartas a sus amigotes, habla con su mama y busca a Dios en las pequeñas cosas de todos los dias. ººººººººººº AVISO IMPORTANTE: Los dibujos que se encuentran en este blog son propiedad de quien esta escribiendo estas lineas (mea culpa!) y pueden usarse (previo consentimieto de un servidor) citando el autor, el blog y la distribucion a saber: *** PEPE FAINBERG - JERUSALEM *** http://pinia-colada.blogspot.com/ ºººººººººº ULTIMO MOMENTO! REPORTAJE A PEPE SOBRE EL BLOG "PINIA-COLADA" EN INGLES - IBA, CHANEL ONE, ISRAEL: ººººº http://www.youtube.com/watch?v=EP625cxRPaI ºººº DESDE YA QUE DISFRUTEN DE ESTA PINIA COLADA!

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lunes, 27 de enero de 2014

dos articulos interesantes de BBC MUNDO - Abuelo nazi y Brasil encantado....

Jennifer Teege
Para Jennifer Teege, descubrir que su abuelo era un comandante de un campo de concentración nazi fue impactante.
Su familia nunca se lo había dicho y cuando era niña no conoció a su padre, un estudiante nigeriano en Alemania con quien su madre tuvo un breve romance.



Hace cinco años estaba en una biblioteca de Hamburgo, en el norte de Alemania, y me encontré con un libro. Estaba envuelto en un forro rojo y por algún motivo me llamó la atención y me sentí atraída por él. El título era "Tengo que querer a mi padre, ¿verdad?" y la portada estaba ilustrada con una pequeña foto de una mujer que me resultaba ligeramente familiar.
Así que tome el libro y me sumergí rápidamente en él. Había muchas fotos y, según iba avanzando en las páginas del libro, sentía que algo no iba bien.
Al final, el autor resumía algunos detalles de la mujer de la foto de portada y su familia y me di cuenta de que coincidía exactamente con lo que sabía de mi propia familia biológica.
El abuelo y la madre de Teege
Cuando Teege vio en un libro la imagen de su madre biológica le resultó familiar.
Ahí fue cuando entendí que era el libro de la historia de mi familia.
La mujer de la foto era mi madre y su padre era Amon Goeth, el comandante del campo de concentración de Plaszow, en Cracovia, Polonia.

Amon Leopold Goeth (1908-1946)


  • Nacido en Viena
  • Comandante del campo de concentración de Plaszow entre 1943 y 1944
  • Juzgado en la Corte Suprema polaca y sentenciado a muerte por la masacre de judíos.
  • Murió en la horca en Cracovia en 1946
  • Ralph Fiennes lo interpretó en el cine en la película "La Lista de Schindler"
Mi madre nunca me dijo nada pero yo no crecí con ella; me dio en adopción cuando era pequeña.
Unas semanas después de mi nacimiento me mandaron a un hospicio donde a veces me iba a visitar. Después crecí con una familia que me adoptó cuando tenía siete años.
Desde entonces dejé de tener contacto con mi madre a la que sólo vi una vez más.
Fue cuando era una veinteañera y probablemente no me dijo nada entonces porque quería protegerme.
Pensó que sería mejor que no supiera nada de mi pasado, de la verdad, de mi familia y de mi abuelo.
Descubrirlo fue todo un choque emocional; era como si el mundo se caía a mis pies.
No podía hacer nada. Fui a casa, me llevé el libro y lo volví a leer. Había detalles sobre mi madre, mi abuela y mi abuelo, Amon Goeth.
Y así, lentamente comencé a entender el impacto de lo que acababa de leer.

Dónde poner el pasado

Amon Goeth
Un abuelo famoso, por razones tenebrosas.
Al crecer como una niña adoptada, no sabía nada de mi pasado o muy, muy poco. Así que después, enfrentarme a ese tipo de información fue sobrecogedor.
Pasaron semanas, un mes, hasta que empecé a recuperarme realmente.
Había visto la película "La lista de Schindler" en la que Ralph Fiennes representaba a mi abuelo. Sabía que interpretaba el papel de un hombre que se llamaba Goeth pero no había hecho la conexión; nunca había pensado que podía estar relacionado.
Lista de Schilder
Ralph Fiennes interpretó a Amon Goeth en La lista de Schindler.
Cuando me enteré, tenía 38 años. Creo que si hubiera sabido todo esto cuando era más joven, hubiera sido más fácil porque habría tenido la oportunidad de integrarlo en mi vida.
Yo era una persona normal y de repente me convertí en la nieta de Amon Goeth.
Al obtener la información de manera tan repentina, como caída del cielo, me resultaba casi imposible incorporarla en la idea de quien soy.
Mi abuelo me habría matado pues voy en contra de todos sus principios.
Si pudiera hablar con él, le diría: "Soy diferente. No tenemos nada en común... aparte de la sangre. Pero la sangre no significa nada".
Era tremendamente angustioso saber que Amon Goeth y yo estábamos vinculados genéticamente.
Siento un poco de esa herencia, pero hay una distancia, lo que me diferencia de mi madre, pues ella creció con su madre (mi abuela) y para ella era difícil dejar el pasado atrás.
He intentado no dejar el pasado atrás sino ponerlo en el sitio donde debe estar, lo que significa no ignorarlo pero tampoco dejar que eclipse mi vida.
Yo no soy un reflejo de esta parte de la historia de mi familia pero aún estoy muy conectada a ella. Así que intento buscar una vía de integrarla en mi vida.
Es una historia muy peculiar y muy inusual y que tiene un significado más profundo, que tiene que ver con esa pregunta universal de cómo lidiar con el peso del pasado en el presente y debería mostrar que es posible lograr la libertad personal de las cadenas del pasado.

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http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/01/140121_america_latina_rancho_brazil_nazis_esclavos_mxa.shtml

El rancho donde nazis brasileños "esclavizaban niños"

Martes, 21 de enero de 2014


Antes de la Segunda Guerra Mundial Brasil y Alemania estrecharon lazos, principalmente económicos.
En una granja, en el interior de la campiña brasileña a 160 kilómetros de Sao Paulo, un equipo de fútbol posa para una fotografía conmemorativa. Nada extraordinario salvo la enorme esvástica de la bandera que sostiene uno de los jugadores.
La fotografía data probablemente de la década de los 30 del siglo pasado, después de que el partido Nazi de Adolfo Hitler se hiciera con el poder en Alemania, en la parte opuesta del mundo.
"Nada explica la presencia una esvástica aquí" dice Jose Ricardo Rosa Maciel, quien trabajó como ranchero en la remota granja de Cruzeiro do Sul, cerca del poblado de Campina do Monte Alegre. Un día, por casualidad, encontró esa instantánea.
Fue entonces cuando comenzó a unir las piezas del rompecabezas. Era la segunda vez que encontraba símbolos nazis a su alrededor. La primera fue en los chiqueros de los puercos.


Jose Ricardo Rosa Maciel
Jose Ricardo Rosa Maciel descubrió por casualidad ladrillos grabados con una esvástica.
"Un día los cerdos rompieron una pared y cuando miré entre los ladrillos caídos pensé que estaba alucinando". Cada ladrillo estaba grabado con una esvástica en uno de sus lados.
Muchos investigadores han destacado cómo en el período entre las dos guerras mundiales, Brasil tuvo conexiones con la Alemania nazi. Fueron aliados económicos y en Brasil se forjó el mayor partido fascista fuera de las fronteras de Europa. Contaba con más de 40.000 miembros.
Pero pasaron muchos años antes que Maciel -gracias a las investigaciones del profesor de historia Sidney Aguilar Filho- descubriese la penosa historia detrás de la granja de Cruzeiro do Sul y sus estrechos vínculos con los fascistas brasileños.
El profesor Filho estableció que el rancho había sido propiedad de los Rocha Miranda, una familia de empresarios industriales de Río de Janeiro. El padre, Renato, y dos de sus hijos, Otavio y Osvaldo, eran miembros de Acao Integralista Brasileira, una organización de extrema derecha simpatizante con los nazis.
La familia a veces utilizaba la granja como centro de reuniones partidistas a las que asistían miles de simpatizantes.
Argemiro dos Santos
Argemiro dos Santos combatió en la Segunda Guerra Mundial.
Pero también se utilizaba como brutal campo de trabajo para niños abandonados y de razas distintas a la blanca.
"Encontré la historia de 50 niños, de alrededor de 10 años de edad, que fueron recogidos de un orfanato de Río de Janeiro. Llegaron en tres oleadas, la primera de 10 llegó en 1933".
Osvaldo Rocha Miranda solicitó y obtuvo la autorización para ser el guardián legal de los huérfanos, de acuerdo a los documentos que Filho descubrió.
"El mandó a su chófer por nosotros, quien nos dejó en una esquina", recuerda Aloysio da Silva, de 90 años, uno de los primeros huérfanos reclutado para trabajar en la granja.
"Osvaldo apuntaba con un bastón… 'Trae a ese para acá, a ese también', decía. Y de 20 niños seleccionó a 10".
"Nos prometió hasta la luna. Nos dijo que jugaríamos al fútbol, que iríamos a montar a caballo. Pero era todo un engaño. Repartieron un azadón para cada uno y nos pusieron a limpiar el terreno", continúa el anciano.

Saludo nazi obligatorio

Los niños eran azotados de forma sistemática con una palmatoria, una paleta de madera con huecos especialmente diseñado para reducir la resistencia al viento y causar más dolor.
Los niños no eran llamados por sus nombre sino por números. El de da Silva era el 23. Varios perros guardianes se aseguraban de que permanecieran ordenados en fila.
"Dijeron que jugaríamos al fútbol, que iríamos a montar a caballo. Todo un engaño. Repartieron una azada y nos pusieron a limpiar la tierra de raíces"
Aloisio da Silva, de niño fue esclavizado en el rancho.
"Uno de los perros se llamaba Veneno, el macho. La hembra era Confianza", dice da Silva, que aún vive en la zona. "Normalmente prefiero no hablar de lo que pasó".
Otro esos niños era Argemiro dos Santos, que hoy tiene 89 años. "No les gustaba la gente negra", recuerda.
"Había varios castigos que se imponían con regularidad, desde no alimentarnos hasta los golpes con la palmatoria. Dos golpes, en ocasiones. Lo máximo eran cinco porque era lo más que podía aguantar una persona".
"Tenían fotografías de Hitler y estábamos obligados a saludar cuando pasábamos. Yo no entendía nada", sigue da Silva.
Pero algunos miembros actuales de la familia Rocha Miranda aseguran que sus antepasados dejaron de apoyar a los nazis mucho antes de la Segunda Guerra Mundial.

Aloysio da Silva fue uno de los primeros huérfanos reclutados
Maurice Rocha Miranda, sobrino-nieto de Otavio y Osvaldo, niega además que los niños fueran tratados como "esclavos".
Rocha Miranda aseguró al periódico de Folha de Sao Paulo que los huérfanos del rancho "tenían que ser controlados, pero nunca fueron castigados o esclavizados".
Pero el profesor Filho cree más en los testimonios de aquellos niños, hoy ancianos. Aunque ocurrió hace mucho tiempo, tanto da Silva como Dos Santos contaron historias similares, y no se habían encontrado desde entonces.

El fútbol, su único descanso

El único respiro para los huérfanos eran los partidos de fútbol contra equipos de granjeros locales, como aquel registrado la fotografía con la bandera de la esvástica.
El fútbol era una pieza clave de la ideología de la Acao Integralista Brasileira.
En el estadio de fútbol de Vasco de Gama se llevaban a cabo desfiles militares. También los partidos eran utilizados normalmente como propósitos propagandísticos bajo el gobierno del entonces presidente de facto Getulio Vargas.

Los nazis y Brasil

  • El Integralismo brasileño fue un movimiento político fundado en Brasil en 1932.
  • Adoptó algunos de los sellos distintivos del fascismo europeo. Tenía uniformes paramilitares, hacía desfiles públicos y tenía una dialéctica anti-marxista.
  • Predicaba el nacionalismo como una identidad espiritual compartida.
  • A pesar de su eslógan "Unión de todas las razas y pueblos" muchos de sus miembros tenían ideas antisemitas.
  • El movimiento fue cooptado por Getulio Vargas, quien impuso un gobierno militar en 1937.
  • En un principio Brasil se declaró neutral en la Segunda Guerra Mundial, pero en 1942 se unió a los aliados.
  • Vargas fue derrocado en 1945.
  • Después de la Segunda Guerra Mundial varios nazis se refugiaron en América Latina. Entre ellos, el doctor de la SS Josef Mengele, quien logró escapar a la justicia y murió en Brasil en 1979
"Pegábamos unas patadas al balón durante un rato y luego evolucionó", recuerda Santos. "Luego comenzamos un campeonato. Éramos buenos al fútbol, eso no era un problema".
Pero, tras varios años, Santos ya había tendido suficiente.
"Había una puerta que dejé abierta. Esa noche me escapé por ahí y nadie me vio".

La vida después del rancho

Cuando Santos volvió a Río de Janeiro tenía 14 años. Para sobrevivir durmió a la intemperie y trabajó como vendedor de periódicos. En 1942, cuando Brasil declaró la guerra a Alemania, se enroló en la armada como grumete, sirviendo mesas y limpiando.
Había pasado de trabajar para los nazis a luchar contra ellos.
"Solo estaba cumpliendo con lo que Brasil necesitaba hacer", dice Santos. "No podía albergar odio por Hitler porque no sabía quién era".
Santos fue enviado a labores de patrullaje en Europa y pasó gran parte de la Segunda Guerra Mundial trabajando en barcos que buscaban submarinos en la costa brasileña.
Hoy es conocido en su comunidad por el mote de "Marujo", marinero, y muestra con orgullo el certificado médico que reconoce su servicio durante la guerra.
Pero no sólo es famoso por eso. También fue uno de los principales jugadores de futbol de los 40, como centrocampista para varios de los mejores equipos de Brasil.
"En aquella época los jugadores profesionales no existían. Todos eran amateur", comenta Santos. "Jugué para el Fluminense, el Botafogo y el Vasco da Gama. Los jugadores venían todos de las calles, eran repartidores de periódicos o limpiabotas".
Ahora Santos vive una vida tranquila en el suroccidente de Brasil, con Guihermina, su mujer de 61 años.
"Me gusta tocar la trompeta, sentarme en el porche y beber cerveza fría. Tengo muchos amigos que pasan a charlar conmigo", comenta.
Aunque los recuerdos de la granja son imposibles de olvidar.
"Cualquiera que te cuente que su vida ha sido todo felicidad miente. Todos tenemos algún mal recuerdo a lo largo de nuestros días".

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