
En un flagrante desprecio por el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la Participación de Niños en los Conflictos Armados, pergeñado por la UNICEF, el grupo terrorista Hamás,que gobierna Gaza, está capacitando adolescentes y niños para ejecutar actos terroristas contra Israel.
El citado Protocolo establece los 18 años como edad mínima para el reclutamiento obligatorio por parte de los gobiernos, la participación directa en las hostilidades o el alistamiento por grupos armados. Los Estados pueden aceptar voluntarios desde los 16 años, pero deben depositar una declaración vinculante al ratificar el Protocolo o adherirse al mismo, estableciendo la edad mínima de reclutamiento voluntario y exponiendo ciertas salvaguardias. Según un informe de la agencia de noticias francesa AFP, que reproduce el diario Israel National News, Hamás está entrenando una nueva generación de terroristas en Gaza, donde el 50 por ciento de la población es menor de 18 años. De acuerdo el reporte, adolescentes palestinos yacían en camas de clavos, mientras otros parados sobre sus pechos, exhortaban a un niño de nueve años a exclamar, en una suerte de amalgama lúdica y luctuosa: “Nadie podrá con nosotros después que nos convirtamos en maestros de Kung Fu. Todos nos tendrán miedo”.
Además de ser instruidos en la doctrina de la Sharia, los chicos palestinos son educados para constituirse en futuros mártires de la Jihad. Además del estudio del Corán, son instruidos en la lucha cuerpo a cuerpo, el uso de armas y de cinturones con explosivos para las misiones suicidas.
Los niños de Occidente e Israel planean ser adultos médicos, científicos, investigadores, astronautas, etc. Sus pares musulmanes tienen como premisa ser suicidas y que 70 huríes los aguarden en el paraíso después de asesinar a los “infieles” e inmolarse. La Autoridad Palestina, pretendidamente el socio para la paz con Israel, no difiere demasiado con el Hamás en la educación y prédica del odio.