No dejó que se casaran y sus 4 hijas se suicidaron
Sucedio en una localidad rural al este de Pakistán. Cinco hermanos de entre 30 y 45 años se arrojaron a un canal, en reprimenda a que su padre no las dejaba contraer matrimonio. Los vecinos sólo pudieron salvar a la quinta.
El insólito suceso fue protagonizado por cuatro hermanas, en una zona
rural del este de Pakistán. Las mujeres se suicidaron y una quinta lo
intentó ante la negativa de su padre a permitir su matrimonio. Ocurrió
cuando cinco mujeres, de entre 30 y 45 años, decidieron quitarse la vida
desesperadas ante las continuas negativas de su padre a dejarlas
casarse, según un inspector policial de Mailsi, la localidad donde
ocurrió el suceso.
El oficial, Anwar Khan, precisó que el padre, que negó ante la Policía haber recibido peticiones de mano por sus hijas, es un hombre adinerado que podía pagar holgadamente las dotes exigidas por la costumbre local, pero que no quería despegarse de las hijas.
La mujeres decidieron quitarse la vida arrojándose a un canal de la localidad, y los vecinos no pudieron salvar más que a la menor de las hermanas, que se recupera en un hospital local.
Es que todo tiene que ver con la estricta moral que impera en el sur de Asia convierte el matrimonio en un asunto familiar en el que las mujeres quedan sujetas a los designios de los varones que lideran el clan y cualquier transgresión es duramente castigada, hasta con la muerte.
Las organizaciones de defensa de las mujeres sitúan los suicidios femeninos (700 el año pasado, según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán) como violencia de género, ya que muchas prefieren quitarse la vida antes que romper los códigos morales imperantes.
El oficial, Anwar Khan, precisó que el padre, que negó ante la Policía haber recibido peticiones de mano por sus hijas, es un hombre adinerado que podía pagar holgadamente las dotes exigidas por la costumbre local, pero que no quería despegarse de las hijas.
La mujeres decidieron quitarse la vida arrojándose a un canal de la localidad, y los vecinos no pudieron salvar más que a la menor de las hermanas, que se recupera en un hospital local.
Es que todo tiene que ver con la estricta moral que impera en el sur de Asia convierte el matrimonio en un asunto familiar en el que las mujeres quedan sujetas a los designios de los varones que lideran el clan y cualquier transgresión es duramente castigada, hasta con la muerte.
Las organizaciones de defensa de las mujeres sitúan los suicidios femeninos (700 el año pasado, según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán) como violencia de género, ya que muchas prefieren quitarse la vida antes que romper los códigos morales imperantes.
EFE.-
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