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"The fastest pen in the Middle East", nacio en Argentina y se radico hace una punta de años en Israel en donde vive con sus hijas Eden e Iris, su canario, su perra Taco y su vieja macintosh (que lo ayuda a hacer de sus garabatos algo publicable). En su tiempo libre escribe largas cartas a sus amigotes, habla con su mama y busca a Dios en las pequeñas cosas de todos los dias. ººººººººººº AVISO IMPORTANTE: Los dibujos que se encuentran en este blog son propiedad de quien esta escribiendo estas lineas (mea culpa!) y pueden usarse (previo consentimieto de un servidor) citando el autor, el blog y la distribucion a saber: *** PEPE FAINBERG - JERUSALEM *** http://pinia-colada.blogspot.com/ ºººººººººº ULTIMO MOMENTO! REPORTAJE A PEPE SOBRE EL BLOG "PINIA-COLADA" EN INGLES - IBA, CHANEL ONE, ISRAEL: ººººº http://www.youtube.com/watch?v=EP625cxRPaI ºººº DESDE YA QUE DISFRUTEN DE ESTA PINIA COLADA!

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martes, 22 de octubre de 2013

Los JUDIOS y el ROCK N' ROLL


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Los judíos y su impronta en la música, especialmente en el rock.

El judío tuvo un papel muy interesante en esta música, a pesar de no haber estado allí desde el principio. En los años ‘50, en la época de Elvis, no había mucha influencia judía. De hecho, en esa primera década el rock va a ser un fenómeno de laicos del sur de EE UU “robándole” la música a los negros, que es lo que hizo Elvis, “limpiaron” y ablandaron el blues, en suma los “emblanquecieron”. Resultando atractivo, para un público más homogéneo. Ahí, justamente fue cuando todo el poder y la furia del blues se perdieron, y los negros se sintieron bastante defraudados. Ahora bien, en los años ‘60, con la revolución negra, ahí sí entran los judíos. Creo que podemos enorgullecernos de que el descubrimiento más grande de los años ‘60 en el mundo del rock’n roll fue por un judío. No sólo eso: también el cantautor más grande de los ‘60 era un judío. El primero se llamó Brian Epstein, el representante de los Beatles, y el segundo se llamó Robert Zimmerman, o sea: Bob Dylan.
El hecho es que sin Brian Epstein no habría habido Beatles, y sin los Beatles no habría habido años ‘60, y el mundo sería un lugar infinitamente más triste. Fue él quien creó el fenómeno de los Beatles, no el que creó la música, pero sí la imagen. Porque ya en aquellos años, Brian Epstein entendió que sin vender la imagen, los Beatles no habrían de vender una sola canción. Cuando él los vio por primera vez tocando en este boliche en Liverpool, llamado The Cavern, vio a chicos bastante toscos, que parecía que no se habían bañado en ocho mil años, que cultivaban una imagen conscientemente callejera. ¿Qué hizo Brian Epstein? Los limpió. Y les dio la facha pulida que sí se convirtió en su tarjeta de presentación. . Brian Epstein se trataba del primer judío que ellos conocían en sus vidas. La leyenda de Liverpool ya se conoce: ellos eran de la clase obrera, no se morían de hambre, pero la vida no era una pachanga para ellos. Se trataba de una clase un poco antisemita, y, tal como lo diría luego John Lennon, ellos estaban bastante infectados por eso. Pero lograron despegarse de todo eso, ésa fue también su grandeza.
Llegaron a ser íntimos amigos de Brian Epstein. Lennon dijo que cuando murió, se sintieron prácticamente perdidos. El dijo que, aunque duraron cuatro años más, los Beatles se terminaron cuando murió Brian Epstein.. En el funeral de Brian Epstein fueron los cuatro a la Gran Sinagoga de Liverpool. Hay muchas imágenes, de los Beatles intentando reacomodarse las kipot que se les iban resbalando por sus cabellos largos y lacios. Su presencia en un funeral judío también decía algo. La sociedad inglesa no hablaba del judío, no tenía contacto con el judío, no era abiertamente antisemita como la sociedad polaca, pero el judío era persona non grata. Y fueron los Beatles, nada menos, los que sí tuvieron contacto, los que fueron a una sinagoga, y los que quisieron venir a Israel. Parece que te estoy contando nimiedades, pero no, eran cosas que desafiaban a la sociedad como tal. Aquí viene el segundo ejemplo específico. No sé si nuestros lectores saben de un pionero israelí de la paz llamado Aby Natan. El era un israelí nacido en la India, que construyó un barco al que llamó “El barco de la paz”. Desde una radioemisora instalada allí, sobre aguas no territoriales, impulsaba la paz, primero con Egipto y luego con los palestinos, en una época en que nadie se hablaba con nadie. Su radio, “La voz de la paz”, transmitía mensajes pacifistas y música, tanto árabe como israelí. Pues bien, unos de sus primeros seguidores fueron John Lennon y Yoko Ono. Se puede volver a cualquier periódico de Occidente, incluyendo el London Times, el New York Times, etc., de noviembre de 1968, y van a ver enormes solicitadas, por valor de miles de dólares, que publicaron John y Yoko a favor de Aby Natan y “La voz de la paz”. Para terminar con el tema de los Beatles digamos que en 1969, cuando John y Yoko emprendieron su campaña por la paz, enviaron bellotas a todos los líderes del mundo con la propuesta de que las plantaran y que de ellas nacieran árboles de la paz. Uno de los líderes que tuvo más contacto con ellos y que de hecho sí sembró la bellota, fue Golda Meir. Lo que quiero decir es que ellos eran la vanguardia de la juventud, de la izquierda, y los Beatles hicieron que Israel estuviera de moda. Los textos de los Beatles son en general muy poéticos y bastante generales. No hay un texto que se refiera al problema judío como tal, eran poetas abstractos. Pero sus posturas eran conocidas, y a partir de ahí todas sus canciones eran identificadas con ciertas posturas. ¿Por qué, si no, hasta hoy en día, el movimiento por la paz en Israel, Shalom Ajshav, Paz Ahora, sigue haciendo sonar “Give peace a chance” en cada manifestación por la paz? Porque todos recuerdan a John Lennon, que era amigo de ese movimiento. Cuando murió asesinado, Arik Einstein le compuso una canción muy linda, “Crazy John”.
Pero sus posturas sí se reflejaron en una película, “El submarino amarillo”, que cuenta la historia alegórica de un pueblo en un país de maravillas que se llama Pepperland, que es destrozado por un ejército de duendes malévolos de color azul, que tiene grandes reminiscencias de Hitler. Cuando el duende principal es derrotado, dice a su asistente: “¿Adónde vamos a ir?” El asistente responde: “¿A Argentina, quizás?” Una clara alusión a la huida de los nazis a la Argentina.
Es decir, sí, John Lennon frecuentemente mencionaba la opresión y el sufrimiento de los judíos, y hablaba directamente de ellos en una de las últimas entrevistas que concedió, en el New York Times. Allí hablaba del ataque antijudío que remonta a 2.000 años atrás. Tenía mucha conciencia de ello. Y en general, todos los Beatles tenían mucha cercanía con Israel. Dylan sí era judío, y lo reflejaba frecuentemente en sus letras. Primero algo de su historia. Su nombre verdadero -o, mejor dicho, anterior- era Robert Zimmerman, y adoptó el nombre Bob Dylan en recordación del poeta Dylan Thomas, uno de sus ídolos. Robert Zimmerman, Bob Dylan, jamás escondió su judaísmo, al punto de haber sido bastante militante con su condición. Ello empieza en 1962 cuando escribe una canción que se llama “Con Dios de nuestro lado” (“With God on our side”), donde atacaba a los norteamericanos por haber perdonado a los alemanes, cito, “luego que los alemanes cocinaron a seis millones de judíos en los hornos”. En las primeras canciones de Bob Dylan se ven muchas referencias al Holocausto.
En 1969 él hizo varias visitas a Israel, y tampoco lo escondió. Después de la Guerra de los Seis Días, su conciencia sionista se disparó para arriba, e incluso presentó su solicitud para ser aceptado en un kibutz con su esposa Sarah y sus cinco hijos. Se dice que su expediente estaba suspendido, y que lo rechazaron. De todos modos finalmente optó por quedarse en EE.UU., pero siguió siendo un donador muy grande al Estado de Israel. Más recientemente, incluso, ha traído a uno de sus hijos a festejar su Bar Mitzvá en el Muro Occidental, el Kotel. Y a principios de los años ‘80 escribió una canción nítidamente sobre Israel, en un disco que lo mostraba a Dylan en la portada sobre fondo del Monte del Templo en Jerusalem, de modo que no quedaba ya ninguna duda de qué se estaba hablando. La canción se llamaba “Neighborhood bully”, “El matón del barrio”, que hablaba de cómo todo el mundo odiaba a Israel y la hipocresía de la actitud antisionista. Bob Dylan ha viajado frecuentemente a Israel, tanto en visitas privadas como para dar conciertos. Sus canciones muchas veces han estado influenciadas fuertemente por la Cábala, él ha hecho un estudio agotador de la Cábala, estudios bastante formales, a decir verdad. Y muchas de las canciones, empezando con “Fairwell Angelina”, “Adiós Angelina”, en 1964, donde hacía fuertes referencias cabalísticas, como a las campanillas de las granadas (rimonim) de la Torá. El judaísmo, no tanto en su sentido religioso como en el espiritual, siempre estaba con Dylan. También la conciencia del Holocausto, y esto de un modo furioso. Debemos decir que en el mundo de la música popular fue el primer poeta que introdujo el tema judío en sus letras, y que introdujo el tema del Holocausto. Ahora bien, en los años ‘80, varios conjuntos grandes comenzaron a ir a Israel. Y eso fue por influencia del super agente del rock’n roll, el que organizó los fenomenales conciertos en beneficio de los pobres en Africa, Bob Geldorf, un judío irlandés, que en la mejor tradición judía organizó a los más grandes, como Bob Dylan, Michael Jackson, Madonna, Diana Ross, trayéndolos a los conciertos para Live Aids, la organización que encausaba los fondos para los necesitados en Africa. Bob Geldorf era un judío de la nueva generación. ¿Qué significaba esto ? En parte por la influencia del rock y de la nueva libertad de poder identificarse como negro o como judío, que lo vimos a partir de los años ‘60, la nueva generación tipo Bob Geldorf, ya no tuvo que enfrentarse con lo que Brian Epstein tuvo que derrotar. Brian Epstein fue definitivamente el pionero que abrió la brecha, entrando en las alcobas de la alta sociedad inglesa mientras todos lo miraban de soslayo. En la época de Bob Gelforf, 20 años después, esto ya no era así. Ser judío estaba casi de moda. Pero estaba de moda porque gente como Brian Epstein habían dado la primera batalla.
Bob Geldorf hizo de su judaísmo casi una bandera. Y él frecuentemente hablaba de la tradición judía como algo que lo influenció a la hora de organizar Live Aids, lo cual es muy lindo, justamente resaltar toda la tradición altruista judaica de Moisés, de Isaías, de todos los profetas, que nos instaban siempre a ayudar al pobre.
Paul Simon y Art Garfunkel, dos apellidos netamente judíos. Ellos surgen a mediados de los años ‘60, ya después del estallido de Bob Dylan. Este había roto ya en 1962 el tabú de no mencionar temas judíos. Ya a mediados de la década, gracias a Dylan, Simon y Garfunkel ni siquiera sintieron la necesidad de cambiarse los apellidos. En las entrevistas hablaban de sus orígenes como dos chicos judíos, trabajadores y de clase media. Y aunque nunca tocaron temas judaicos de modo directo, su apertura y su comodidad con su judaísmo también aportaron a que el tema judío saliera del armario. También fueron a Israel, tanto en dúo como Simon solo, y no sólo una vez.. Vemos que en los años ‘50 el tema judío era totalmente tabú, y no sólo en el mundo del rock. Curiosamente el primero que rompió el tabú fue un músico clásico muy grande, y que fue quien legitimó a los Beatles diciendo que ellos componían música igual que Beethoven. Estoy hablando del gran compositor Leonard Bernstein. El mantuvo su nombre: Bernstein. No sólo constatando su judaísmo sino declarando su ardiente sionismo, viajando muchas veces a Israel y dirigiendo a la Orquesta Sinfónica Israelí en el Monte Scopus inmediatamente después de la Guerra de los Seis Días.
Leonard Bernstein tocó el tema judío abiertamente, componiendo la gran obra “Kadish”, que dedicó a la familia Kennedy, pero desde un punto de vista judaico. ¿Y por qué? Porque Boby Kennedy había sido asesinado por Sirhan Birhash Sirhan, un extremista palestino de Jerusalem Oriental, por el hecho de que Boby Kennedy se manifestaba como pro-sionista. Leonard Bernstein sintió muy fuerte el vínculo de la familia Kennedy con el pueblo judío y compuso “Kadish”. Eso también era revolucionario: meter un nombre judaico en una obra de música clásica. El no judío tenía que ponerse a averiguar qué quería decir.
También hubo un poeta, muy amigo de los Beatles y de Bob Dylan, Alan Ginsberg. No era un hippie, sino lo que se llamaba un “beatnik”, el antecedente del hippie, en los ‘50, y él hablaba de su judaísmo, metía palabras del arameo y del ídish en sus poemas, jamás escondió sus orígenes, y que sirvió como gran inspiración para Bob Dylan, y luego también para John Lennon. A partir de los años ‘60, y llegando también hasta los ‘90 y pico, los judíos van a ser aceptados en el mundo de la música como tales. Pero eso, repito, es un cambio que empezó a partir de los años ‘60.

Benei Tikva · Sinagoga Leo Baeck ·

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