Hace
unas semanas nos enteramos de la heroica acción contra una célula de
Hamás en Jenin que estaba decidida a perpetrar un ataque terrorista
contra ciudadanos israelíes. En ella actuaron la unidad de élite Yamam
junto a la Brigada Kfir, a la unidad haredí Netzah Yehuda y a efectivos
de la Guardia de Frontera.
En
este operativo el Yamam perdió a su perro de ataque, que fue ultimado a
balazos por los terroristas. Entonces tuve el deseo de rendir por medio
de este humilde y sencillo artículo, mi más profundo y sentido
homenaje a ese valiente y heroico perro para que su sacrificio por la
seguridad de los seres humanos no quede en un inmerecido anonimato y
olvido.
Los
perros de Canaán han tenido una larga trayectoria histórica a lo largo
de cientos y quizás miles de años de supervivencia. Sus ancestros
provienen de la tierra bíblica de Israel y desde entonces fueron
conocidos como Kelev Kanani (perro de Canaán) y descienden de una raza
muy antigua llamada Perro Pariah cuyos dibujos se han encontrado por
arqueólogos en las tumbas de Beni Hassan en Egipto (2200-2000 antes de
la era común).
Antes
de la invasión del Imperio Romano a Israel, el Perro Pariah era muy
común y abundaba en las poblaciones judías de la época y se utilizaba
como pastor o guardián pero cuando los romanos destruyeron el país y
dispersaron a los hijos de Israel, la mayoría de estos perros quedaron
abandonados a su suerte en la planicie costera y en el desierto del
Negev pero pudieron salvarse de la extinción volviendo a la vida salvaje
en el desierto y así vivieron durante siglos.
En
los siglos posteriores los beduinos y los drusos capturaron a los
cachorros machos del ambiente silvestre para criarlos como perros
guardianes y para el ganado pero su verdadero retorno a la vida con el
ser humano comenzó en la década de 1930 cuando los primeros grupos de
autodefensa (Haganah) de los pioneros sionistas trataron de
desarrollarlos como perros de combate pues las razas tradicionales no
fueron capaces de adaptarse a la dureza del clima.
El
perro Canaán debe su existencia principalmente a los esfuerzos de una
prestigiosa académica austriaca y ferviente sionista, la Dra. Rudolphina
Menzel. Su búsqueda de un perro ideal la llevó a los perros salvajes
autóctonos, fueron capturados varios y comenzó un programa de
reproducción y entrenamiento.
Los
perros rápidamente demostraron su valía, sirviendo como perros
guardianes, mensajeros, detectores de minas, ayudantes de enfermería y
localizadores de soldados heridos y en la vida civil estos perros han
tenido un notable éxito como perro guía para gente no vidente.
La Dra. Rudolphina
Menzel (1891–1973) originaria de Viena, Austria, fue una de las
especialistas en cinología mas conocida del mundo en el campo de
quehacer animal. Ella emigró con su esposo el Dr Rudolph Menzel al
Israel del Mandato Británico en 1938. Ella ya había sido invitada por el
comandante de la Haganah Yaakov Pat en el año 1934 para que los ayude a
crear una sección canina que mas tarde se convertiría en la prestigiosa
Unidad Oketz de las Fuerzas de Defensa de Israel.
Al
comienzo los Menzel se radicaron en el kibbutz Ramat Yohanan, cerca de
Haifa, donde organizaron los primeros cursos de entrenamiento canino
para la Haganah, mas tarde se mudaron a Kiryat Motzkin, en los suburbios
de Haifa donde se dedicaron de lleno al estudio y entrenamiento canino y
comenzaron el programa de redomesticacion de los perros de Canaán que
vivían en forma salvaje en las cercanías de los asentamientos judíos,
con los drusos del monte carmel y con los beduinos del desierto.
Necesitaban
un perro ideal para ciertas operaciones de seguridad además de ser un
buen guardián, entonces capturaron alguno de estos ejemplares para
estudiarlos y saber si esta raza era apropiada para sus propósitos
aunque se encontraba en estado semisalvaje desde lejanas épocas donde ya
había convivido con el ser humano.
Algunos
de estos perros salvajes fueron atraídos con comidas de su apetencia y
se seleccionaron los mejores para su cría, volviendo así al lado del
hombre sin mucho esfuerzo después de un par de milenios de selección
natural donde sólo el más apto sobrevive.
Como
los perros de Canaán estaban provistos de una gran inteligencia y eran
fácilmente adiestrables, unos 400 de ellos fueron reclutados y
entrenados por la Dra. Menzel como perros guías y detectores de minas
durante la Segunda Guerra mundial.
Esta
raza de perro ha surgido de raíces tan salvajes para convertirse en un
compañero útil y dedicado en tan poco tiempo, el perro Canaán no se
parece a ninguna de las otras razas de pastoreo, habiendo surgido de un
entorno desértico donde debió adaptarse a climas extremos que van desde
los días de calor agobiante a las noches de frío intenso por lo que es
más activo durante por la mañana y por la noche y se dedica a dormir
durante el calor del día acostumbrado durante siglos a soportar el
calor, el frío y la aridez de los desiertos de Medio Oriente.
El
perro Canaán esta capacitado genéticamente para realizar tareas de
confiabilidad y obediencia. Es un perro inteligente, fiel, dócil,
protector con su familia y guardián por naturaleza aunque necesita mucho
ejercicio y desafíos mentales y físicos pero por sobre todas las cosas
requiere de un dueño paciente y cariñoso pero muy firme a la vez y de
niños que lo respeten en su temperamento.
El
perro de Canaán es un glorioso sobreviviente de las épocas bíblicas y
todo gracias a su confianza en sí mismo, a su capacidad de adaptación y a
la decidida ayuda del ser humano.
Esta nota es mi sincero y sentido homenaje, pleno de respeto y admiración hacia quienes llamamos el mejor Amigo del Ser Humano.
Dr. Guido Maisuls
Buenos Aires, Argentina.
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